El chamán urbano

La figura del hombre-medicina de los pueblos originarios se recrea en plena ciudad.

Es cierto que no tiene sentido que alguien cuelgue en su puerta un cartel que diga “chamán”; es la comunidad quien valida su trabajo al acudir a él. Por eso Gerardo Roemer se llama a sí mismo “practicante chamánico”. (…) “Sólo conozco la punta del dedo meñique de lo que hay por aprender y descubrir y no me alcanzará el tiempo de vida físico para conocer todo. Soy un estudiante y lo voy a ser siempre. Si mi maestra Alicia Luengas Gates, quien me enseñó casi todo lo que sé, y cuya experiencia no se compara a la mía, se llama a sí misma “practicante chamánica”, entonces ¿qué me queda a mí?, plantea.

(…)

Si bien las prácticas espirituales de los diferentes pueblos tienen su propio sello cultural y están influidas por factores, tanto geográficos o climáticos, subyace una profunda identidad esencial. Pro ejemplo su cosmovisión, concibe que todo está unido, inter-dependiente y vivo, y hasta una piedra tiene conciencia de sí misma. Por eso el chamán puede viajar al espíritu del árbol o escuchar lo que el viento tiene para decirle. Hacer de esta cosmovisión un estilo de vida, lleva naturalmente al respeto por cada uno, por los demás, por la Madre Tierra y por el Cosmos. “No estamos solos, existe un ilimitado potencial de sabiduría, sanación y ayuda a nuestra disposición, si sólo tenemos la intención y practicamos los métodos para conectarnos con ellas”. Confirma Gerardo.

-¿Cómo se llega a la asociación con los espíritus?

– Mayormente con técnicas de sonido, como el golpeteo rítmico del tambor o a través de la ingesta debidamente preparada y guiada de plantas psicotrópicas maestras, para alcanzar une estado chamánico de conciencia y percibir la “realidad no ordinaria” como decía Carlos Castaneda.

Más allá de los diferentes nombres que los planos espirituales reciben en las diferentes culturas, existe el concepto universal de un “mapa chamánico” de la otra realidad, de un mundo de arriba, uno del medio y un mundo de abajo donde podemos encontrar seres de ayuda trascendidos de la limitación humana con la cualidad de la compasión y de la sabiduría, con los cuales nos asociamos. Arriba-abajo no debe confundirse con celestial-infernal o inferior-superior, sino como realidades espirituales. El Chamanismo se trata de la práctica espiritual de los pueblos originarios, pero no se contrapone con las religiones ni con sus prácticas.

Cuando hablamos de sanación espiritual, no hablamos de algo simbólico, sino de algo muy concreto que sucede en su ámbito, el espiritual, aunque también fluye al plano psíquico y físico. El poder que puede sanar espiritualmente no es un poder que poseamos los humanos en la caja de herramientas que trajimos de fábrica. Los practicantes chamánicos somos puentes temporarios con ese poder que es más grande que nosotros con el que nos asociamos, lo cual es un privilegio porque aunque trabajemos en servicio a los demás, nosotros mismos podemos recibir sanación y bendiciones por solo estar ahí. Así y todo, somos responsables de la ética en nuestro trabajo, de cómo lo transmitimos, de conocerlo más y hacer más profunda la asociación con ese poder.

-¿Se puede usar para el mal?

– Bueno, sería un gran error hacerlo. El chamán o chamana es un ser humano como todos, no está exento de enfermarse, estar triste o tener enojo. Pero si cayese en la tentación de utilizar sus conocimientos para por ejemplo llevar a cabo una “vengancita”, comete un tremendo error y es como un suicidio. En algunas culturas se dice que cuando eso sucede, el chamán se “seca”. Si hasta entonces se ha relacionado con espíritus de compasión y sabiduría, éstos lo abandonan y acuden a él otras fuerzas acordes a sus nuevas intenciones.

Maestro de este lado

-Si del otro lado de la frontera de la conciencia hay espíritus maestros, ¿hay maestros de este lado de la realidad?

-Sí claro. Aprendí de varios maestros de esta realidad. Además de Alicia, tengo el honor de haberme entrenado con su maestro, Michael Harner, que humildemente considero,  también es mío. Harner es considerado la máxima autoridad contemporánea en chamanismo y pertenece a esa “raza” de mentes preclaras, de verdaderos benefactores de la humanidad que tuvieron el llamado y la habilidad pedagógica de transmitir en Occidente un conocimiento ancestral manteniendo su esencia. En el libro Higher Wisdom – Sabiduría superior-. Roger Walsh y Charles S. Grob, afirman que “Lo que Yogananda fue para el Hinduismo y D.T. Suzuki fue para el Zen, Michael Harner ha sido para el Chamanismo”.

-¿Es una frivolidad preguntar si el chamanismo está de moda?

– No, está bien, pero detrás de esta moda, subyace la genuina necesidad de regresar a casa y reconectar con lo espiritual. Y eso está sucediendo. Como bien dice Harner, el Chamanismo no es “new age”, es “stone age” (edad de piedra), por lo ancestral.

-¿Se puede utilizar la práctica para auto-curación?

– Sí, claro, aunque la práctica chamánica es para servicio de los demás, es una formidable herramienta de auto-conocimiento y curación, que literalmente puede transformar nuestra vida. Sin embargo se dice también que cuando se trata de un asunto propio, el chamán ve borroso y va donde otro chamán, porque estamos muy involucrados con nosotros mismos.

-¿Cómo se ha transformado tu vida por esta práctica?

– Ya sea en la práctica con uno mismo o con otros, uno va cambiando cualitativamente. Aunque sigo siendo una persona muy limitada, puedo ver cambios profundos en mí. Por citar un ejemplo gráfico, como generación nacida en los años 60, la ecología fue un tema prácticamente ausente en mi educación. Sin embargo, me descubro teniendo hoy un profundo respeto por la naturaleza, honrando a todas las formas no humanas como vivas. Esto viene porque en la práctica he tenido la oportunidad de percibir de primera mano que todas las formas están impregnadas de espíritu y de vida, y me he conmovido por su belleza, fuerza, delicadeza o sabiduría. Entonces, uno se vuelve respetuoso y agradecido naturalmente.

Al servicio de la comunidad.

El trabajo chamánico está enfocado en aliviar la pena y el sufrimiento, y esto vale para chamanes ancestrales, como para practicantes contemporáneos. Su tarea siempre ha sido la de atender a las necesidades y problemáticas cotidianas de sus comunidades, como las enfermedades, la búsqueda de orientación, la preparación para la muerte o la asistencia de almas que ya han pasado. “El chamán cura vivos y muertos”, se dice.

1.Traer Animal de Poder

Si de curación se trata, el chamán puede percibir, en el estado no ordinario de conciencia, que la sanación para una persona puede generarse en forma de reconexión con el poder del universo, lo que comúnmente se llama “traer animal de poder”. El chamán sirve de conductor y trae desde la otra realidad a un poder espiritual que percibe como un animal, que en esencia es poder del universo que viene a asistir y a reconectar a la persona.

2.Recuperación de Alma

Los traumas que la vida nos depara pueden ir más profundo que lo físico y lo psíquico y afectar al alma de la persona. En este proceso podemos experimentar que nos desconectamos de una parte de nuestra esencia vital pura, como mecanismo de defensa ante el dolor, para permitirnos seguir adelante. Esa sensación de estar incompletos de una forma que no sabemos explicar, de estar ausentes, o sin acceso a la alegría, a la capacidad de amar o a la creatividad que recordamos haber tenido, pueden ser síntomas de pérdida parcial de alma. Traer la parte perdida nuevamente “a casa”, es entonces la tarea del chamán.

3.La Muerte y el Más Allá

Tanto para asistir al proceso de morir, ayudar a las almas de las personas que ya han partido o traer información y mensajes a los deudos para cerrar asuntos pendientes que retienen al alma, hay mucho servicio para dar chamánicamente hablando. El chamán conoce estos territorios y sabe cómo comunicarse. Cuando ayuda a las almas a moverse en realidades espirituales hacia donde estén mejor, o sea, a su hogar, actúa como psicopompo, palabra de origen griego que significa “guía de almas”.

4.Consultoría Chamánica

Una de las innovaciones que ofrece la Fundación de Estudios Chamánicos, es el Método Harner de consultoría chamánica, desarrollado por su fundador Michael Harner.

Es una técnica no psicológica basada en la práctica chamánica que permite aprender a viajar chamánicamente, contactarse con los espíritus de ayuda y encarar respuestas a los interrogantes de la propia vida.

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